Vida y Obra de Homero Virgilio Medina. Primera Parte

Homero Virgilio MedinaHomero Virgilio Medina nació en Marcos Paz, Pcia de Bs. As., el 25 de Julio de 1.917 en el seno de una familia de clase media modesta. Su madre, doña Ventura Merello era una esforzada ama de casa que también se dedicaba a la costura. Su padre don Juan Vicente Medina era un destacado maestro de escuelas, con amplios conocimientos literarios y amante de la Poesía. Creo que eso explica la mochila de piedra que cargó sobre las espaldas de mi abuelo, al escoger para él los nombres, de dos de los más destacados poetas de la Antiguedad Clásica: Homero, el autor de la Ilíada y la Odisea y Virgilio, artífice del enorme Poema Épico titulado Eneida. Homero fue el mayor de cuatro hermanos, tres varones y una sola mujer, Ebe, la única sobreviviente de esa familia, que con sus cerca de 90 años actualmente reside en la ciudad de Merlo, Pcia de Bs.As.
La vida de don Vicente había sido muy agitada por su participación en la intensa vida política del país en los últimos años del llamado Régimen Oligárquico de fines del siglo XIX y comienzos del XX. Vicente Medina era de ideología conservadora y en una de esas lides internas, como tantas otras que signaron la historia política argentina, en medio de un enfrentamiento, le arrojaron un hacha cuando estaba tendido en el piso, por lo que perdió parte de una oreja y al menos dos dedos de una mano. Por eso, luego de haber constituido una familia, prefirió abocarse plenamente a la noble tarea de enseñar en escuelas de nivel primario. Su espíritu de superación, que a lo largo de los años ha sido, y aún sigue siendo el principal capital de nuestra familia, le permitía tener el nivel cultural necesario como para lograr un óptimo desempeño en una actividad docente muy jerarquizada como la de su tiempo, y en la que aún se mantenía vigorosa la impronta sarmientina de la Ley de Educación Común 1.420. Pero estos años que deberían haber sido de disfrute para él y su familia, en un contexto de recuperación económica luego de la crisis generada por la Primera Guerra Mundial, quedaron malogrados, ya que hacia el año 1.927 don Vicente Medina muere de un ataque al corazón. ¿Podemos dimensionar a la distancia el drama familiar que ello significaba? Creo que es muy difícil para todo aquel que no lo haya vivido. Para entonces el pequeño Homero solo tenía unos diez años, y ese fue un momento muy difícil para él y su familia.
Ahí comenzó a tallar fuerte la figura de su madre. Fueron años muy duros en los que doña Ventura se vio forzada a ser sostén de familia realizando trabajos de costura para la tienda Gath & Chaves. Fueron años de austeridad y de pobreza, porque los efectos de la crisis económica, iniciada en el crack de Wall Street de octubre de 1.929, afectaría a todo el mundo y nuestro país no sería la excepción.
Allí mi bisabuela tuvo una idea brillante, gestionó una entrevista con don Alfredo Lorenzo Palacios, el destacado político argentino, que en 1.904 se había erigido en el primer diputado socialista de la historia de América Latina. En la misma le solicitó una beca para que el pequeño Homero pudiera tener una excelente formación de base, y más tarde abrazar el sueño de una carrera profesional. La respuesta fue inmediata, y gracias a la intermediación de don Alfredo, el joven Homero pudo ingresar a una de las instituciones educativas de nivel medio mas prestigiosas del país, el «Colegio Internacional de Olivos». Recordemos que esta institución fue una de las escuelas de mayor renombre del país ya que fue producto del traslado del Colegio Internacional Politécnico de la calle Cangallo 2.311. Lamentablemente el Colegio Internacional de Olivos, luego de la muerte de su propietario el Profesor Carlos Alberto Porchietto, ocrrida en 1.926, quedó sumergido en una crisis económica que lo llevaría al cierre definitivo en 1.935. A pesar de su corta vida esta institución cumplió una destacada labor educativa, que según parece, se debió en gran medida a la notable acción pedagógica de, quien fuera su director entre 1.914 y 1.935, el Profesor Francisco Chelía. Un dato muy importante, que se lo debemos al historiador Norberto Galasso, es que en este Politécnico Internacional de la localidad de Olivos cursó sus estudios secundarios nada menos que quien fuera tres veces Presidente de la República, y marcara un antes y un después en la historia política argentina, Juan Domingo Perón, que era veintidos años mayor que Homero Medina.

Pero volvamos a la gestión de Alfredo Palacios para que Homero pudiera entrar, como becado, a una Escuela tan renombrada en la que había que pagar una considerable cuota mensual que su familia no estaba en condiciones de afrontar. Creo que el sentimiento de gratitud de Homero Medina hacia ese gesto del máximo referente del socialismo argentino debe haber sido determinante para que mi abuelo, en los difíciles años treinta se sumara a las filas del Partido Socialista, en el que militaría políticamente, con envidiable pasión, prácticamente por el resto de sus días. En ese colegio de la zona norte tuvo Homero un desempeño brillante, obteniendo las mas altas calificaciones, siendo muy valorado por sus pares por su humildad y compañerismo. Allí perfeccionó su letra hasta lograr esa artística caligrafía, que sus seres mas cercanos hemos conocido muy bien y allí consolidó su talento para el Dibujo, una de sus grandes pasiones, y definitivamente se enamoró de la Química y de la Biológía, con excelentes profesores, como el ya nombrado Francisco Chelía. Este último tenía un carisma y una capacidad didáctica que, por lo que mi abuelo me pudo contar, era muy similar al perfil que siempre se le reconoció en Lobos al Prof. Herberto Pigazzi. Contaba mi abuelo que un día el Profesor Chelía lo tomó del hombro y le dijo: «¿Tiene Ud. idea de la responsabilidad con que sus padres cargaron sobre sus espaldas al ponerle esos nombres?» El no supo que responder. Sin dudas esta experiencia lo marcó a fuego, tanto por la formación que le aportó, como en el aspecto social, ya que cosechó muchos amigos con los que se reuniría en Chacabuco mucho más tarde, a cincuenta años de su egreso, que había tenido lugar en el año 1.934. Homero Virgilio Medina fue compañero de dos futbolistas: el astro de Boca Jrs. Yiyo Carniglia y el jugador de Rosario Central Mario Pesoa, padre del destacado Locutor y Periodista Quique Pesoa. A los tres mencionados tuve el gusto de conocerlos en aquel encuentro realizado en Chacabuco en el año 1.984.
El gran sueño de Homero, cuando realizaba sus estudios secundarios, era el de llegar a ser médico. Sin embargo, la situación económica de su familia, lo obligó a posponer ese proyecto y por varios años tuvo que concentrar todas sus energías vitales en distintos trabajos que, en aquellos tiempos difíciles de depresión económica, del Pacto Roca- Runciman, del escándalo de las carnes y del Fraude Patriótico, le permitieron, apenas, a él y al resto de su familia, asegurarse la subsistencia, sin que hubiera lugar para otras ilusiones.

                                                                                                                                   Autor: Francisco Medina

2 comentarios

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  1. Rosendo Medina

    Felicitaciones Pancho!!! Sin dudas un excelente y merecido homenaje. Saludos! Rosendo Medina

    • homerovirgiliomedina

      Muchas gracias Rosendo!! Me encanta que haya llegado a ustedes y me gustaría que me manden toda la información que puedan sobre el querido y entrañable tío Pilulo. Saludos a Pedro y a Juanita.

      Francisco.

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